Laudes
Oficio de mañana que se recita al amanecer. Su nombre proviene del latín laudes, los últimos tres días del salterio que invitan a toda la creación a adorar a Dios. Por esto, es el oficio de alabanza por excelencia. Es nuestra celebración habitual de la victoria de la luz sobre las tinieblas, imagen de la victoria de Cristo sobre la muerte en su Resurrección.