Historia
Se podría decir que la historia de Saint-Pierre de Solesmes tiene dos capítulos.
Está la gran etapa de los siglos XIX y XX, en la que la abadía estuvo marcada por la personalidad excepcional de Dom Guéranger, su restaurador, gracias a la cual los monjes cultivaron la liturgia y el canto gregoriano y extendieron su influencia más allá de las fronteras de Europa.
Antes de ésta, existe un primer capítulo que duró cerca de ocho siglos, durante los cuales Saint-Pierre de Solesmes fue un priorato modesto con doce monjes como mucho.
Pero el primer y el segundo capítulo forman una única historia: la de hombres buscando a Dios bajo la Regla de San Benito.