Edad Media
Alrededor del año 1010, Geoffroy, Señor de Sablé, dio a los monjes de la abadía de Couture, en Mans, la iglesia de Solesmes junto con la explotación agrícola que ello implicaba. Eso fue el nacimiento de nuestro monasterio. Poseemos una copia del siglo XV de la carta con la que Geoffroy atestigua de forma solemne esta donación. Esta carta fue firmada por los obispos de Mans y de Angers y posteriormente por el rey inglés Guillermo el Conquistador. Leemos esta carta cada año, el 12 de octubre, el aniversario según la tradición oral de la donación de nuestra iglesia abacial.
Antes de la fundación del monasterio, en Solesmes había una parroquia fundada tal vez en el siglo V, pero probablemente en el VI o VII. Esta iglesia estaba rodeada de un vasto cementerio. Todavía conservamos sarcófagos que pueden remontarse a la época merovingia.
Durante el siglo XII, un noble de Sablé que había sido cruzado trajo de Tierra Santa una espina de la corona de Cristo. La confió al monasterio de Solesmes para su custodia. La presencia de esta reliquia, símbolo de la Pasión del Señor, fue determinante para el resto de la historia del monasterio y no es casualidad que aparezca en su blasón. En efecto, la reliquia atrajo atrajo multitudes y garantizó el renombre y la prosperidad del monasterio.
La Guerra de los Cien Años dañó esa prosperidad: en 1425, el monasterio fue quemado por los ingleses y el pueblo fue reducido a cenizas. Los monjes reconstruyeron la iglesia, mas con unas proporciones más modestas que las del edificio original: las naves laterales y el primer tramo de la nave desaparecieron. La fachada actual de nuestra iglesia abacial se mantiene desde esta reconstrucción.